03/08/2023 - Sofia Exarchou vuelve con un incisivo segundo largometraje sobre los trabajadores temporeros griegos en un resort "todo incluido" en una isla de su país

"No tengo sueños. Me siento vacía". Esta confesión, que se escucha en un desordenado camerino entre cambios de vestuario y retoques de maquillaje, y que puede parecer bastante trivial, en realidad deja entrever la considerable carga emocional del segundo largometraje de la directora griega Sofia Exarchou. Animal [+lee también:
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ficha de la película] será la primera película en estrenarse fuera de la competición internacional del Festival de Locarno de este año, y la cineasta no teme la polémica que pueda suscitar la película al poner el foco en el trabajo estacional propio de la industria hotelera del todo incluido. La autora de la frase citada al inicio es Kalia (Dimitra Vlagopoulou), una mujer cuya carrera de diez años como animadora parece haberle pasado una factura simbólica, hasta el punto de haberla privado de la capacidad de soñar. Este comentario fugaz deja entrever el interior de un personaje por lo demás taciturno, un personaje cuya presencia conforma la mayor parte del metraje de la película: es la líder de una imperfecta dinámica de grupo, la presentadora de los espectáculos nocturnos diseñados para los huéspedes del complejo, y siempre disfruta de los focos y brinda a la gente con la ilusión que conlleva el entretenimiento organizado.

Con Animal, Exarchou despelleja la piel que cubre a todo cuerpo trabajador, especialmente a un cuerpo concreto cuyo trabajo se hace efímero mediante el valor del entretenimiento. Los animadores se dedican a mediar en la experiencia de los huéspedes de un hotel con todo incluido, de modo que la creación de recuerdos se percibe como una inversión de marketing: hacer que pasen un rato inolvidable para que vuelvan y traigan a todos sus amigos. Sin embargo, la directora griega no se conforma con la crítica social ni con la condena del turismo y sus permutaciones capitalistas. En su lugar, elabora la historia de una mujer que se niega a sí misma, débil y atrapada en una trampa que ella misma se ha tendido con el supuesto propósito de cumplir su sueño de actuar, pero que ha acabado por robarle exactamente eso: sus sueños.

Con el fin de contrarrestar esta abstracción, la película adopta una estética corpórea en la que el trabajo de cámara de Monika Lenczewska (que también tomó parte en el rodaje de Park [+lee también:
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ficha de la película], la ópera prima de la directora) existe como una entidad por derecho propio. La cámara, curiosa, acecha; deambula y sigue a la protagonista en sus escapadas nocturnas, de manera que descansa únicamente en los instantes en los que se detiene ante su cuerpo magullado y desnudo en la ducha. Exarchou plantea una cuestión conmovedora sobre la naturaleza del trabajo a base de recurrir a los mismos acontecimientos —espectáculos y duchas, entre otros— una y otra vez para demostrar que el cuerpo femenino siempre ha llevado las marcas de un trabajo invisible, y que este trabajo solo se ha sabido apreciar cuando ha permanecido invisible. La emotiva interpretación del éxito de Baccara de los 70 "Yes Sir, I Can Boogie" constituye otro de los motivos, uno que vuelve para atormentar el melancólico final de la película y confirmar que Animal es una obra profundamente conmovedora con un sutil mensaje político a la altura de sus logros estéticos.

Animal ha sido producida por Homemade Films (Grecia) en coproducción con Nabis Filmgroup S.R.L (Austria), Digital Cube Romania, Felony Film Productions (Grecia) y ARS Digital Studio (Bulgaria). Las ventas internacionales corren a cargo de Shellac.

(Traducción del inglés)