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LOCARNO 2023 Competición

Crítica: Critical Zone

por 

- El tercer largometraje de Ali Ahmadzadeh desafía al régimen autoritario iraní ofreciendo el retrato de una sociedad imprevisible y cansada que solo cree en paraísos artificiales

Crítica: Critical Zone
Shirin Abedinirad en Critical Zone

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, el tercer largometraje del director iraní Ali Ahmadzadeh, el cineasta se ha mantenido en la senda que ya inició con sus anteriores trabajos —Kami’s Party (estrenado a nivel mundial en 2013 durante el Festival Black Nights de Tallin) y Atomic Heart (seleccionado en la sección Focus de la Berlinale de 2015)— al explorar las profundidades de una versión de Teherán mucho más compleja de lo que las autoridades políticas y religiosas que gobiernan el país nos quieren hacer creer. Recorreremos el laberinto de esta sociedad desilusionada y clandestina de la mano de nuestro guía, Amir (Amir Pousti), un traficante de drogas con un aura mesiánica que navega por las calles de la ciudad dirigido por la voz firme pero suave de su GPS para consolar a quienes ya no creen en otra cosa que no sea el humo de la droga.

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A medio camino entre El gran Lebowski y La naranja mecánica, Critical Zone, candidata a recibir el Leopardo de Oro en el Festival de Locarno, describe los tormentos de quienes ya no creen —aunque no sean capaces de admitirlo en voz alta— en lo que les rodea, ya sea la política, la religión o el liderazgo moral cuya intención consiste en reprimir los instintos y deseos más íntimos de las personas.

Tal y como señala el propio director, la película está llena de personas reales (los distintos pasajeros y clientes a los que Amir acoge en su coche o con los que se encuentra en la oscuridad de la noche): consumidores habituales, una azafata reconvertida en contrabandista que regresa de un viaje al extranjero, una madre de mentalidad conservadora que trata de salvar a su hijo drogadicto a la deriva y un grupo de devotas prostitutas transexuales a las que el director filma de forma documental y experimental, en ocasiones rozando lo psicodélico. "Rodar esta película fue un acto de rebeldía. El simple hecho de que la gente la vea supone una victoria aún mayor para nosotros", explica el director, cuyas películas han sido prohibidas en su país por parte del régimen. Rodada sin permiso, con cámaras ocultas y tratando constantemente de eludir las restricciones —lo cual le dio la oportunidad de experimentar con nuevos enfoques cinematográficos—, Critical Zone constituye un intento de revelar, de forma directa e instintiva, lo que se esconde bajo la superficie de una sociedad oprimida que se rebela como puede, en la oscuridad de la noche, contra unas normas obsoletas que carecen de sentido.

En este sentido, para sus seguidores, Amir se convierte en algo mucho más indispensable que un simple traficante de drogas. Su presencia, silenciosa pero fuerte, aturdida pero benévola, se convierte en esencial para las almas errantes de Teherán. El universo surrealista y paralelo que crea con sus "pociones mágicas", pero también con sus palabras hipnóticamente reconfortantes, libera a quienes lo viven —aunque sólo sea por una noche— de la opresiva censura que les rodea. En última instancia, Critical Zone da voz a una nueva generación que intenta vivir su vida, a pesar de todo.

Aunque de forma confusa, a caballo entre la road movie, la performance y el viaje lisérgico, Critical Zone desempeña la función de abrirnos las puertas de una realidad celosamente mantenida en secreto. Más allá de las aventuras reales vividas por Amir, la película también se bifurca en muchas otras direcciones: la relación casual entre hombres y mujeres (fuertes), la fluidez de género encarnada por el propio Amir y la necesidad de ternura que lo impregna todo.

Los espectadores tendrán que entregarse por completo para comprender bien esta película, así como dejarse guiar por la seductora voz del GPS de Amir sin saber adónde se dirigen. Y es que, a veces, no basta con entenderlo todo para descubrir realidades sorprendentes.

Critical Zone ha sido producida por la alemana Counter Intuitive Film, y Luxbox se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del italiano)

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