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BERLINALE 2023 Panorama

Crítica: Sira

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- BERLINALE 2023: La cinta de Apolline Traoré, ganadora del Premio del Público en Panorama, trasciende los límites de su premisa gracias a su extenso fondo político y sus intensas interpretaciones

Crítica: Sira
Nafissatou Cissé en Sira

A pesar de que, sobre el papel, no suena como una de las grandes favoritas, es fácil entender por qué Sira [+lee también:
tráiler
entrevista: Apolline Traoré
ficha de la película
]
, de la directora burkinesa Apolline Traoré, ha ganado el Premio del Público para una película de ficción en la sección Panorama de la Berlinale (ver la noticia). Ambientada en un lugar exótico y con una orgullosa mujer africana como protagonista, que lucha incansablemente contra la adversidad, la narración directa con un trasfondo político acuciante, que apenas requiere explicación, y el hecho poco frecuente de que se trate de una película africana para todos los públicos, podrían ser factores importantes a considerar por un distribuidor atrevido.

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El personaje titular, interpretado por Nafissatou Cissé, forma parte de una tribu nómada fulani, a la que encontramos viajando en camello a través del Sahel. Aunque esta vasta región subsahariana se extiende desde una costa del continente a la otra, el espectador puede deducir que nos encontramos probablemente en algún lugar entre Malí y Burkina Faso.

Esta tribu musulmana se dirige a un pueblo donde Sira va a casarse con un granjero cristiano, Jean-Sadi (Abdramane Barry). Cuando Moustapha (Mike Danon) se enfrenta a su padre, Tidiane (Seydou Diallo), el jefe de la tribu, este le contesta que el amor es lo más importante. Además, en la aldea estarían protegidos de las milicias y los terroristas que gobiernan la región.

Desgraciadamente, no llegan muy lejos antes de que uno de estos grupos los ataque, matando a todos los hombres, mientras el líder terrorista, Yere (Lazare Minoungou), viola a Sira y la abandona en el desierto. A pesar de todo, la mujer logra sobrevivir y consigue llegar al campamento de los terroristas, robando comida y agua por la noche y escondiéndose entre las implacables rocas durante el día.

Aquí se nos presenta a la célula terrorista: nunca se menciona directamente por su nombre, pero Yere tiene una bandera del ISIS en su tienda. El viejo y experimentado Karim (Ildevert Meda) está consiguiendo armas y entrenando a nuevos reclutas, mientras que Moustapha reaparece como un oportunista con ansias de poder. Un grupo de mujeres son llevadas al campamento como esclavas sexuales y Sira consigue que la ayuden, pero también descubre que está embarazada. El tamaño de su barriga nos servirá como marcador temporal, y solo al final descubriremos si esto la lleva al territorio de Medea, en una escena tensa y explosiva que no desentonaría en una película de acción estadounidense.

Traoré ha concebido la historia de una forma inteligente y honesta. El público no necesita saber los detalles sobre esta complicada región, ni sobre sus alianzas tribales y religiosas: se trata de una narración directa, con temas fácilmente reconocibles y unas claras dinámicas interpersonales. Los colores brillantes que viste Siri ofrecen un contraste con los chadores negros de las mujeres maltratadas por los terroristas.

La directora retrata a los héroes y a los villanos con la misma economía, aunque el Moustapha de Danon destaca como el personaje más problemático y conflictivo. El Jean-Sadi de Barry resulta bastante inútil, demostrando que Sira sería capaz de protegerlo a él, y no al revés. Cissé atrapa al público con su comprometida interpretación, haciendo que la película resulte más conmovedora que un simple relato de violación y venganza, y aunque algunas de las acciones que le impone el guion requieren cierta suspensión de incredulidad, la transformación de la actriz lo compensa con creces.

Traoré y el director de fotografía Nicolas Berteyac diseñan escenas desérticas con múltiples capas, que requieren de una compleja coreografía en la que participan numerosos personajes, animales y vehículos que llenan los planos generales, mientras que la montadora Sylvie Gadmer los combina hábilmente con intensos primeros planos, sobre todo los de Sira y Moustapha.

Sira es una coproducción entre la burkinesa Les Films Selmon, la francesa Araucania Films, la alemana One Fine Day Films y la senegalesa Dakar Film. Wide Management se encarga de los derechos internacionales.

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(Traducción del inglés)

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